jueves, 19 de julio de 2007

"Urgencia!!"

Debe ser por mi desordenada dieta alimenticia, sin duda alguna, que siempre deba estar sufriendo por culpa de mi estomago. Aunque ninguno de mis antiguos sufrimiento se comparan a la "urgencia digestiva" vivida hace pocos días.


Nada que decir, el almuerzo increíble, tallarines con salsa de tomates con carne picada...dos platos. Ensalada de repollo y de postre un exquisito helado de lúcuma. Sonó el timbre y al abrir la puerta noté el rostro ansioso de mi amigo José que presagiaba sin duda un buen partido de baby football. Que le hace el agua al pescado, me equipe y con la puesta en que la panza prominente que sostenía entonces bajaría, me dispuse a entrar en acción.


Llegamos a la cancha. Era de cemento con los elementos correspondientes en sus lugares, buenos arcos, y al fondo una construcción que a simple vista parecián ser los camarines. Estábamos todos, mi equipo y los del bando contrario. Mi estomago emitió un breve y pequeño rugido, "nada de temer" pensé, se movió el balón, todos a jugar.


Para alguien que no juega muy bien a la pelota llegar tres veces al arco con serias posibilidades de anotar es un logro, pero dramaticamente mi creciente habilidad fue frenada por los rugidos internos de mi estomago. Me lanzaban un pase y no podía llegar por temor a que esos rugidos internos salieran por el amplificador natural de mi trasero. Es por ello que decidí correr despacio y tratar de que mis pensamientos se enfocaran en el juego más que en mi batalla digestiva. Estaba a pasos del arco contrario, a mi lado dos defensas del equipo contrario, el balón pasó sobre nosotros y en esa jugada la posibilidad real de gritar gol. La pare de cabeza di media vuelta, estaba frente a frente con el arquero, cuando la esférica tocó el suelo y daba el segundo bote, deslize mi pierna derecha hacia atrás para lanzar con toda mi fuerza. En ese instante y justo cuando la pierna era enviada a toda velocidad a golpear la pelota, sentí que mi peor temor tomaba forma real. Señores eso no era un gas común y corriente, no...eso era un estruendo atómico intestinal de tal magnitud que además de hacerme pegarle al suelo en vez del balón, espanto a los dos defensas que con anterioridad me marcaban. Después de la cara de desagrado de los presentes, la cancha se convirtió en un mar de risas burlonas y yo colorado luchando, aún, por calmar mi estomago.

Maldiciendo el repollo, el helado y los tallarines, las risas pasaron a ser un detalle al contraste de lo que en ese instante se convertía en una urgencia...evacuar. Visualicé lo único que parecía poder tener un baño, la construcción al fondo de la cancha. Con sigilo y prontitud emprendí rumbo a mi destino, pero !!HORROR!!, lo que creí que podía ser mi salvación era un maldito mierdero con un olor que hasta las ganas se me pasaron, lamentablemente por pocos segundos. No había tiempo, mi estomago exijia su limpieza natural, y yo recuperar mi orgullo con un gol. Al frente de la cancha había una villa y hacia allá me dirige con el"misil" a punto de lanzar. "ALO!!!, ALO!!!" grité casa por casa y vi como en cada una de ellas después de mirarme con desconfianza me decían "no" con cara burlona luego de haberle explicado mi urgente necesidad. Y así llegue a la ultima.

Era una casa pequeña distinta a las otras por el color, amarilla (las otras eran rojas), y por el tamaño, las otras eran mas amplias. En su interior se celebraba un asado familiar, por lo menos eso me pareció, con tanta prontitud no me fije en tantos detalles. Procedí a hacer lo mismo que en las otras casas, y salío un viejito gordito, colorado como tomate, sosteniendo una jarra de cerveza. "!!BINGO!!" me dije, está es la elejida. Y así fué. Al entrar, le dije al caballero despacito que por favor fuera discreto en evitar decir el motivo del por qué yo estaba ahí, él me miró agarro la jarra, y depués de darle dos golpecitos, les dijo a los presentes:

"Familia, atención. les presento aqui a...(me pregunto mi nombre)...Sebastián. El es un peregrino que ha recorrido un largo camino y al verle su cara podrán notar que ha sido un viaje cansador - yo en ese instante no hallaba a donde meterme y el rugido del estomago de nuevo me indicaba que pronto saldria por el lugar mas indicado - él ha golpeado nuestra puerta y con gentileza y humildad nos ha pedido a todos un pequeño favor... nos pide nuestro baño para echar la "CAGÁ" - las risas eran enorme, al igual que mi vergüenza - así que diganle a la tía Roberta que deje de cagar, lleva una hora en el baño por Dios la mujer buena pa ca...- las risa se multiplicaron.

Fue en ese instante que la señora a que se referían salio de una puerta blanca, que en ese instante me pareció celestial, y como un león a su presa me precipité al interior de la puerta dejando burlas, risas. Ya no importaba nada más que no fuera mi urgencia. Ahí estaba, blanco con la tapa abierta esperando por mis nalgas. Y por fin grite "Gol", por lo menos en el baño.

A la salida los aplausos eran tan grandes como las risas anteriores, al parecer poder hacer sus necesidades en esa casa eran motivos de celebración. Pero me explicaron que el motivo de los aplausos no se debía a eso, sino a que nunca nadie había podido entrar después de la tía Roberta sin esperar un buen rato y luego de echar desodorante ambiental para que muriera su fétido olor. Sin duda con mi tamaña prontitud ni las narices me funcionaban.

En fin, me invitaron a a la mesa y me serví un buen plato de papas mayo y carne de cerdo, todo esto acompañado de una cerveza espumosa. Claro, me tuve que aguantar las tallas, pero bueno tanto ajetreo merecía su recompensa.

Terminado de comer volví a la cancha por mi revancha. quedaban pocos minutos, apenas me vieron las bromas comenzaron. pero yo quería un gol, un buen gol. Pedí poder entrar y así fué, movimientos aquí y allá, pase y pase. Realmente estaba jugando bien, sin embargo las papas mayo y compañia me indicaban que también ellas querian entrar en acción. " de nuevo..NOOO!!" en mi mente exclamé al mismo tiempo que el rugido familiar aparecía. Pero yo no estaba para que de nuevo se burlaran de mi. Agarré la pelota, peo. me pase a un contario, peo. los defensas caian ante el olor que expelía con soltura mis asentaderas. Y nuevamente ahi estaba frente al portero. con toda mi fuerza patié el bálón al mismo tiempo que un gas descomunal explotaba al igual que las redes del arco. "GOOOOOL, MIERDA, GOL". Por fin...con peo y todo.





miércoles, 18 de julio de 2007

Para algo sirvo?

Desde chico pensé que tal vez los super poderes de los grandes super heroés algun dia los tendría. Incluso en sueños alucinaba volando por las calles de mi ciudad, trepando edificios o saltando hasta alcanzar grandes alturas. Más, basto que creciera, saliera del colegio y me diera cuenta que al lado que mire hay demasiados villanos sin recibir su merecido. Super Heroés...ninguno.
Debo de pensar que a más de alguno que lee esta humildes lineas concordará conmigo que falta alguien que introduzca con sabia fuerza un puño en el rostro del "flaite" que "cogotea" a una anciana, aún mejor que con un potente puntapie destroze el miembro del violador de niños. Eso sin duda sería maravilloso... pero aún estoy aqui esperando sin recibir poderes ni la fuerza suficiente de decirle a quien me pase a llevar en la fila del banco,que yo estoy primero; o al que se burla de un deficiente mental escupirle en la cara que realmente, él, es un estupido...pero aún estoy aqui esperando.
La noche cae, acomodo mi almohada, cierro los ojos. Tengo capa y estoy arriba de una gran edificación, detras mio una gran bandera chilena flameando al viento(¿por que siempre tiene que ser de Estados Unidos?). Miro al horizonte, alguien exclama ayuda, es hora de demostrar que para algo sirvo, por lo menos en los sueños.